MANIFIESTO
Es indiferente que la mujer sea joven o mayor, dependiente económicamente o autónoma, casada o no, sola o con hijos, porque para el maltratador son una posesión, alguien a quien imponer conductas por medio de la fuerza, física y psicológica.
Comprobamos que sólo con leyes no se cambia la vida de las personas; aunque no cabe duda de que su papel es imprescindible para conseguir el cambio social.
Es tiempo de que los responsables políticos hagan balance global de sus aciertos, fallos y estrategias para orientar su acción.
Un condicionante clave en las situaciones que someten a la mujer es la educación sentimental, recibida de una sociedad que vive la contradicción de crear unas leyes igualitarias y al mismo tiempo mantener una realidad machista y opresora. A la pervivencia de esta realidad contribuyen los medios de comunicación, el cine, Internet, la familia, las amistades.
Seguimos pidiendo a la sociedad que rechace y aísle al maltratador y que sean aplicadas con rigor las condenas.
RECHAZAMOS con fuerza el determinismo biológico y reclamamos completar la construcción social y cultural desde la femineidad, porque las mujeres somos parte determinante y fundamental en hacer la vida más humana.
Para realizarlo es preciso que seamos las propias mujeres las que ejerzamos nuestra autonomía, libertad y responsabilidad. Es necesario que nos impliquemos todos en la educación de nuestros hijos e hijas. En el ámbito educativo hay que trabajar con el alumnado para modificar actitudes y conductas estereotipadas.
para que no sigas confiando en quien te pega y te amenaza,
para que no consientas que se incumplan las órdenes de alejamiento,
para que no creas que los celos son una demostración de amor,
para que seas capaz de terminar una relación que te hace infeliz
para que antes que sumisa y paciente, te sientas libre,
para que no aconsejes a tu hija que aguante al lado de un hombre que la maltrata,
para que no consientas ser mujer objeto,
para que no encuentres vergonzoso enamorarte de otro hombre,
para que busques con decisión tu independencia, tu libertad, tu reconocimiento, tu felicidad; porque a ello tienes derecho.
Las mujeres que para conseguirlo ponen en riesgo su propia vida podemos considerarlas como verdaderas heroínas.