. 
Educar es  tratar a cada hijo como persona distinta, diferente, independiente y  libre. Hay que aceptar la individualidad que es sagrada y permitirle ser  él mismo, seguir su camino, su vocación. 
Educar es actuar siempre desde la madurez, desde la coherencia interna, desde la propia verdad y la realidad de lo que somos sin fingimientos, ofreciendo lo mejor de nosotros mismos sin alardes, sin importar que aparezcan nuestros defectos y debilidades. ...
Educar es actuar siempre desde la madurez, desde la coherencia interna, desde la propia verdad y la realidad de lo que somos sin fingimientos, ofreciendo lo mejor de nosotros mismos sin alardes, sin importar que aparezcan nuestros defectos y debilidades. ...
Educar es  estar atentos a reforzar y alentar cuanto de positivo tenga el  educando, aunque debe evitarse elogiar por todo y a cada momento, dando  la sensación de que se le está juzgando constantemente. ...
Educar es  descartar las etiquetas, las frases destructivas (“me avergüenzo de ti,  eres un desastre, no serás nada en la vida, cada día vas peor…”). Estos  juicios negativos (profecías autocumplidas) causan verdaderos estragos  en la autoestima y autorespeto del inmaduro, bloquean su seguridad y  aumentan la culpabilidad. ...
Educar es  averiguar qué efectos producen en nuestros hijos nuestras actitudes tan  negativas como la intolerancia, los insultos y descalificaciones, la  permisividad excesiva y las formas violentas en el trato. ...
Es  sembrar esperanza en la mente y en el corazón de nuestros hijos y  creerlos: capaces, nobles, bondadosos, notables, creativos y felices;  enseñarles a vivir con plenitud un presente de dicha, felicidad y paz y  que en esto consiste labrarse su futuro.
 .
No hay comentarios:
Publicar un comentario