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RESPETO

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Respeto. Virtud humana que los padres tienen que practicar para enseñar a sus hijos

Relacionado con
Acatamiento, Admiración, Atención, Compostura, Consideración, Humildad, Obediencia, Recato, Respetabilidad, Tolerancia, etc.

Contrario a. 
Abuso, Arrogancia, Desprecio, Intolerancia, Irreverencia, Rechazo, etc. 

Virtudes humanas vinculadas:
Amistad, Caridad, Civismo, Fe, Prudencia, Pudor, Sencillez, Sinceridad, Sobriedad, Sociabilidad, Templanza, etc.

Respeto es la virtud humana que tienen las personas para el reconocimiento, aprecio y valoración, de las cualidades y derechos de los demás, ya sea por su valor como persona, conocimiento, experiencia, actuación o leyes. Incluyendo el respeto a la autoridad, como sucede con los hijos y sus padres y alumnos con sus maestros.  El desarrollo de la virtud del respeto, debe empezar a enseñarse a los niños desde que nacen, pero poniendo énfasis al comenzar la preadolescencia, es decir a los 13 / 15 años para que vayan comprendiendo, las relaciones respetuosas con sus hermanos y sus amigos, pero siempre enseñándolo, dentro de un buen ambiente lleno de respeto y cariño.
El respeto ayuda a mantener una sana convivencia entre las personas, pues se basa en normas de diferentes sociedades e instituciones. El respeto como valor humano, de “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti“, “Respeta si quieres que te respeten”
El respeto propio, se gana, no se exige. Empecemos primero por respetarnos a nosotros mismos, para así reconocer y tolerar a las otras personas.
Respeto es aceptar y comprender la forma de ser y de pensar de los demás, aunque sea diferente a la nuestra.
Respeto es el reconocimiento, veneración o acatamiento, que se hace a los individuos y la sociedad, por su valor inherente o por sus derechos innatos.
El respeto debe ser interior y exterior, teniendo mucho cuidado en el desprecio interior, las palabras injuriosas, la actitud despectiva y los malos tratos.
Si no hay amor, no se puede desarrollar la virtud humana del respeto, ni se puede alcanzar la plenitud humana y espiritual.
El modo de interpretar el respeto a los hijos, a los padres y a las personas en general, será en función de haber reconocido los derechos, las condiciones y las circunstancias de cada uno de ellos.
Si no hay auto respeto se fomentan las debilidades humanas.
La voluntaria falta de respeto es una injusticia, que se acrecientan en la difamación y en las burlas, ya que rebajan la dignidad de las personas.
Respeto, es distinto del temor, es dignidad, orgullo y justicia.
Respetar la naturaleza, respetar los libros, los bienes materiales e inmateriales, las propiedades ajenas, las reglas de juego, es decir, obedecerlas para que puedan cumplir su función, etc.
Es tan importante el concepto del respeto que en términos marineros a las piezas importantes de repuesto les llaman “de respeto”.

Respeto de los padres a los hijos. Obligaciones:

Inculcarles el hábito de respetar, para que se convierta en costumbre y en virtud natural.
Enseñarles que cada persona es diferente y que por lo tanto, hay que tratarle de un modo distinto, reconociéndoles por lo que son, sin provocar disgustos con los demás.
Enseñarles a no criticar, a buscar lo positivo en los demás y a actuar positivamente, a favor de ellos.
Enseñarles a agradecer los esfuerzos de los demás, en su favor.
Enseñarles desde pequeños y principalmente en la adolescencia, a respetarse a si mismo, a tener pudor con su cuerpo, tanto en la intimidad propia, como en la intimidad ajena.
Enseñarles a querer ser respetado y a notar, cuando es respetado y cuando no está o están respetando a los demás.
Enseñarles a distinguir y a respetar entre las personas, con las que se relacionan, su capacidad intelectual, su edad, su temperamento y a demostrar el sentido positivo, en la aplicación de las virtudes y valores humanos aprendidos.
Enseñarles a respetar profundamente a los padres y a no permitir, bajo ningún concepto, que les falten al respeto, por muchas diferencias que haya entre los padres o entre los hijos y los padres.
Enseñarles que corregir sin malos modos, en exceso o en defecto, no es falta de respeto, sino de caridad.
Dar a los hijos una información suficiente, para saber que sus padres están actuando, de acuerdo con unos criterios justos y razonables y que pueden suponer, una mejora para su educación.
Enseñar a los hijos a desarrollar el concepto de la propiedad, de la justicia, de la obediencia, de la voluntad y del respeto a los demás y a sus cosas, para que no consideren que es injusto, que otras personas tengan algo que el no tiene y que no se lo quieren dar, haciendo hincapié en las cosas que son de propiedad compartida y de propiedad personal.
Enseñar a que comprendan los efectos que tiene, el que otros niños no les respeten las cosas de su propiedad. Enseñarles a ponerse en el lugar de las otras personas, que no han sido respetadas, para que aprendan los efectos del respeto, en sus facetas propias y ajenas.

Respeto de los hijos a los padres. Obligaciones:

Respetar a sus padres durante toda la vida, por haber sido los autores de sus vidas y ser sus educadores, no por sus cualidades específicas, basándose en el amor  y en la justicia. Incluso tienen que respetarles cuando duden si las actuaciones de los padres, están hechas por el bien suyo.
Diferenciar el respeto obligado hacia sus padres, con el respeto hacia los amigos. La relación como hijos va mucho más allá que la de amigos. Los padres nunca dejarán de ser padres y a los amigos se les puede rescindir la amistad...
Obedecerles mientras vivan bajo el mismo techo, cuando vivan independientes, no tienen que obedecerles, si no quieren, pero tienen que seguir respetándoles.
Ser respetuosos en sus expresiones, algunas veces mal hechas por haberse basado en la mala interpretación de la familiaridad. Bajo ningún concepto, deben deliberadamente hacerles sufrir con palabras, hechos u omisiones que les perjudiquen.
El respeto es decir a los padres con delicadeza y sin herir, ni violentar, las dudas que tengan sobre las decisiones tomadas hacia ellos, en el caso que las consideren injustas o no razonables.
El respeto debido a los padres se les debe inconscientemente, en justa reciprocidad al valor y respeto que reciben de ellos, así se demuestra la buena educación recibida. Padres e hijos se educan cuando hay un respeto mutuo, ya que los padres siempre exigen a los hijos por su bien y nunca por vengarse, molestar o dominar.
Los hijos deben preocuparse si ven que sus padres no les educan, ni les exigen que cumplan con sus obligaciones de hijos.
Ejemplos de faltas de respeto son los actos voluntarios contrarios a la buena educación (desplantes, portazos, malas contestaciones, rebeldías, gritos, etc.), ya que no son el trato adecuado a las personas y a la sociedad.


Respeto entre los esposos
Es injusto e impropio tratarse entre esposos, como objetos sexuales o como proveedores incondicionales. Si no existe el mutuo respeto, no puede existir el amor.
Hay que distinguir el respeto que debemos, a todos los seres humanos por ser hijos de Dios y el respeto especifico, que debemos a cada uno de acuerdo con sus condiciones y circunstancias, teniendo en cuenta el amor del matrimonio, los hijos, la comprensión y la aceptación.
Los esposos tienen que tener entre ellos, un respeto exquisito, pues sus hijos se lo merecen, además de que continuamente, estarán observando sus actos para imitarlos o criticarlos.
Respeto por las personas.
Respeto es actuar o dejar de actuar, sin perjudicar o dejar de beneficiar. No se hace para imponer, coaccionar, ni provocar intencionalmente ningún cambio en las otras personas. Todo el mundo tiene el derecho a recibir una información clara y si es posible objetiva, por lo que no se puede aducir el concepto del respeto, para no informar verazmente.
Respeto es aceptar y comprender tal y como son los demás, aunque su forma de pensar no sea igual que la nuestra, incluso si creemos que están equivocados. Pero nadie puede asegurar que nosotros somos los portadores de la verdad. Primeramente, tenemos que aprender a respetar y aceptar la forma de ser y pensar de los demás, pues nadie puede asegurar que, lo que para uno está bien o por que haya muchos que estén de acuerdo con nosotros, tengamos la verdad y los otros, estén equivocados en su forma de pensar o de actuar, en sus ideas religiosas, políticas o sociales, aunque disientan o sean diferentes a nosotros. Todos tienen derecho a vivir según sus ideas, a respetarles y que respeten las nuestras.
Hay que distinguir entre el derecho, que cada uno tiene de opinar como quiere, y el derecho que tienen los demás, en recibir una información que les ayude a mejorar.
No es falta de respeto, indicar a otra persona que sus opiniones están equivocadas, aunque por prudencia en algunas ocasiones haya que callarse. Es el respeto a la verdad, el que nos debe llevar a esa situación, siempre que estemos completamente seguros, de que lo que decimos es verdad.
El respeto es aceptar y comprender al humilde y al engreído, al pobre y al rico, al sabio y al ignorante. Es respetar a las personas, por pequeñas o grandes que sean, físicas, moral o intelectualmente, situarla en el mismo lugar de comprensión de su forma de ser. Entender el ser humano, cualquiera que sea su condición, se merece toda la atención, sin importar sus características. La tendencia a impresionar, dominar, o limitar la libertad de los demás, se manifiesta con el propósito de imponerse en detrimento del valor interno, de la dignidad y la paz mental. La arrogancia daña o destruye, la autenticidad de los demás, viola sus derechos fundamentales e incluso perjudica también al arrogante. Hay personas que equivocadamente, miden el respeto mediante los factores físicos y materiales, tales como el dinero, la casta, el color, la raza, la religión, el sexo, la nacionalidad, el estatus social y la popularidad. El respeto no se opone a la justicia.
Aunque una persona no utilice, ni su voluntad, ni su inteligencia para mejorar, hay que respetarla.
Respeto humano.
El qué dirán, casi siempre se convierte, en lo que no han dicho. Siempre hay que tener mucho respeto por las cosas que se hacen o que se dicen, pues todo debe estar en función del respeto a los demás, ya que el miramiento excesivo, hacia la opinión de los hombres, no debe anteponerse a los dictados de la moral.
Es comprensible tener miedo o respeto a hacer el ridículo, pero también se debe tener muy claro, lo que es la vergüenza de las cosas mal hechas.
Hay que distinguir, entre el derecho a opinar que cada uno tiene y el derecho que tienen los demás, en recibir una información que les ayude a mejorar.
Cualquier persona posee dignidad, por el hecho de ser persona. Y así todo hombre, merece total respeto y un trato adecuado a su dignidad humana. Este deber básico, incluye respetar sus bienes, su vida, su fama, su intimidad.
Respeto entre hermanos, familiares y amigos.
Hay que tener un respeto muy especial con los hermanos y familiares, pues ellos no son elegidos libremente, los ha puesto Dios. Aunque sean completamente distintos, todos tienen el mismo derecho a vivir en el hogar. Se debe poner mucho énfasis, en no divulgar delante de otros, las cosas intimas de los hermanos o familiares. A los amigos no se les debe coaccionar, para que tomen malas decisiones y después alegar que esas decisiones las han tomado por su propia voluntad, cuando sutilmente les hayan inducido.
Respeto por las personas mayores.
Algunas personas merecen un respeto mayor, debido a una dignidad superior. El trato con ellos al hablar y escuchar, debe ser muy diferente, mucho más respetuoso. En algunas civilizaciones el respeto hacia las personas mayores era de tal magnitud que eran los encargados de dictar las leyes y ejecutarlas.
Respeto con el propio cuerpo.
En relación con la salud preventiva y la curativa. Los excesos con el cuerpo en la sexualidad, en la obesidad, en las cirugías innecesarias hechas solamente por vanidad, etc. La pornografía es una falta de respeto hacia la humanidad que conlleva una gran dosis de carencia de pudor.
Respeto por el dinero.
Cuesta mucho ganarlo, hay que hacer un gran esfuerzo para ahorrarlo, es casi imposible mantener los ahorros en su poder adquisitivo y algunos tienen una increíble forma de derrocharlo. Hay que tener respeto por las propiedades, ya que en esta vida las tenemos solamente en usufructo, y al final, tendremos que dar cuenta del uso que hemos hecho de ellas, además de tener que dejarlas en aquí. Todavía no han hecho ataúdes con bolsillos para llevárselo. Hay que respetar el dinero, por que aunque con él no se puede comprar el Cielo, los donativos entregados sirven como anticipos para obtenerlo.
Respeto por los que mandan.
Maestros, sacerdotes, pastores, rabinos, imanes, políticos honrados, policías, etc.
Respeto por los más débiles.
Emigrantes, enfermos, pobres, ancianos, por los que no pueden o no saben defenderse, por los incultos, por los perdedores, por los vencidos, por los abusados, etc.
Respeto por el comportamiento.
Manteniendo un mínimo ambiente de respeto con la vestimenta, conversaciones, gestos, horarios, etc. en los actos religiosos, civiles y sociales y en las relaciones con los demás.
Respeto por los que se les puede mandar.
Si no se les trata con respeto a los que se les puede mandar, están enviando un mal mensaje a los hijos, los cuales tampoco tratarán con respeto, a los que puedan dominar. Hay que tener respeto para no criticar, principalmente a los ausentes, por motivos de por raza, origen, profesión, situación económica, características personales, etc.  




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